Casi todos los personajes de las obras del Siglo de Oro están tipificados (el galán, la dama, etc.), pero Lope de Vega se tomó licencias en algunos casos, como el de Laurencia, que adopta el rol que típicamente se otorgaba a los hombres.El personaje de Laurencia es el de una mujer con mucho sentido común y los pies en la tierra, fuerte y autosuficiente, que responde a los ataques con ataques.
Fedra (Fedra, Racine, 1677)
Se suele juzgar a las actrices francesas según la calidad de sus Fedras, tal es la dificultad e importancia de este personaje. La historia se centra en la pasión de Fedra, mujer de Teseo, por su hijastro Hipólito. Y aunque desde el principio ella intente olvidarse de él y se debata entre el deseo y la moralidad, está destinada a la fatalidad, y arrastra a Hipólito con ella.
Doña Inés (Don Juan Tenorio, José Zorrilla, 1844)
¡No nos extraña que Doña Inés, la novicia que nunca había salido del convento, cayera también
rendida a los pies de Don Juan! Doña Inés es la heroína de la obra y representa todos los cánones (físicos y emocionales) de la época, de fuerte influencia cristiana: la inocencia, la pureza y la espiritualidad son sus características principales, y gracias a ella Don Juan Tenorio se salva de la condena en el infierno.
Nora (Casa de muñecas, Henrik Ibsen, 1879)
El portazo final de Nora es posiblemente el más famoso de la historia del teatro universal. Nora decide que aún puede salvarse de la desesperación si conserva su libertad, y se marcha, enarbolando así los principios del feminismo y de la liberación de la mujer.
No hay comentarios:
Publicar un comentario